TEORÍA
La Impronta: Un Vínculo Esencial para el Bienestar y la Conservación

Imagina por un momento que eres un patito recién salido del cascarón. Abres los ojos y lo primero que ves es una figura en movimiento. Sin cuestionarlo, tu instinto te lleva a seguir a esa figura, asumiendo que es tu madre. Este fenómeno, conocido como impronta, fue detalladamente estudiado por el etólogo Konrad Lorenz, quien observó cómo las crías de ganso se vinculaban con el primer objeto en movimiento que veían, incluso si este era un ser humano.
En este artículo, exploraremos cómo la impronta influye en el comportamiento animal y cómo este conocimiento puede aplicarse en prácticas de entrenamiento para mejorar la comunicación y el vínculo entre especies.
Pero ¿qué es la impronta?
Es un fenómeno de aprendizaje temprano en el que un animal establece una conexión duradera con otro ser vivo o con estímulos específicos durante un período crítico de su desarrollo. Este proceso es vital en la formación de comportamientos sociales y de supervivencia en muchas especies. En el entorno de los zoológicos, la comprensión y gestión adecuada de la impronta son fundamentales para asegurar el bienestar de los animales y el éxito de los programas de conservación.
Se caracteriza por ser un proceso rápido y, generalmente, irreversible, que ocurre en una fase sensible del desarrollo del animal. Este aprendizaje temprano permite a las crías reconocer y seguir a sus progenitores, lo cual es esencial para su protección y aprendizaje de habilidades necesarias para la supervivencia. Además del reconocimiento visual, la impronta puede involucrar estímulos táctiles y olfativos, como se observa en mamíferos donde la madre lame al neonato después del nacimiento, facilitando el vínculo madre-cría.
Aplicaciones de la Impronta en Zoológicos
En los zoológicos, la impronta se maneja cuidadosamente para cumplir diversos objetivos:
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Crianza Asistida de Especies Amenazadas: Cuando las crías son abandonadas, las madres no pueden cuidarlas o son especies tan amenazadas o con una tasa de natalidad o supervivencia muy baja, los cuidadores intervienen para garantizar que la cría salga adelante. Es crucial que esta intervención minimice la impronta en humanos para evitar.
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Entrenamiento y Manejo Veterinario: La impronta controlada en humanos puede ser beneficiosa para facilitar el manejo de animales bajo cuidado humano. Por ejemplo, en el entrenamiento de monos lanudos y chimpancés para la toma de muestras de sangre, como el que vimos en uno de nuestros anteriores artículos de la mano de nuestros colegas del Zoo de Cali (Colombia) click aquí para leer más. Ya que una relación de confianza con los cuidadores permite procedimientos médicos menos estresantes y más seguros .
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Programas Educativos e Interacción con el Público: Algunos zoológicos implementan programas donde los animales, habituados a la presencia humana desde temprana edad, participan en actividades educativas. Estas interacciones fomentan la conciencia en el público, aunque deben gestionarse cuidadosamente para evitar el estrés en los animales y garantizar su bienestar.
Oso perezoso en interacción controlada con fines educativos.
Riesgos y Consideraciones Éticas
La impronta inapropiada puede conducir a problemas significativos:
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Dificultades en la Reintroducción: Animales que han desarrollado una fuerte impronta en humanos pueden mostrar comportamientos inadecuados en la naturaleza, reduciendo sus posibilidades de supervivencia.
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Problemas de Comportamiento: La falta de una impronta adecuada en su propia especie puede resultar en dificultades para socializar, reproducirse y realizar comportamientos naturales, afectando negativamente su bienestar.
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Ética en la Interacción Humana: Es esencial equilibrar la necesidad de intervención humana con el respeto por la naturaleza del animal. Las prácticas de manejo deben centrarse en el bienestar animal, evitando la humanización excesiva y garantizando que las necesidades biológicas y psicológicas de cada especie se cumplan.
Conocemos algunos casos o ejemplos como el cóndor de California o búhos reales criados en zoológicos para su reintroducción, donde los cuidadores se disfrazan o usan marionetas con forma de ave para alimentarlos, evitando así que se apeguen a los humanos y facilitar la posible reintroducción en su hábitat natural.
Wesa, un polluelo de cóndor de California de dos semanas de edad, nació el 24 de febrero de 2013, convirtiéndose en el primero de la temporada en el San Diego Zoo Safari Park.
Rehabilitación de Psitácidas:
En programas de rehabilitación de loros afectados por el tráfico ilegal, se ha observado que la exposición temprana a humanos puede llevar a una habituación que dificulta su liberación posterior.
Proyecto de Reintroducción del Guacamayo Rojo:
Instituciones como la Fundación Rewilding Argentina, proyecto del que Wezooit formó parte, han trabajado en la reintroducción del guacamayo rojo en la provincia de Corrientes. El manejo cuidadoso de la impronta fue clave para el éxito de este proyecto, asegurando que las aves realizasen un entrenamiento remoto y desarrollasen comportamientos adecuados para sobrevivir en la naturaleza teniendo el menor contacto posible con sus cuidadores.
En Wezooit creemos que la gestión adecuada de la impronta en animales de zoológico es vital para su bienestar y sobre todo para garantizar el éxito en programas de conservación. Por eso, cuando hablamos de animales nacidos y entrenados en centros zoológicos, debemos considerar el peso de la impronta en su desarrollo. Este vínculo con el entorno humano hace que la idea de su liberación en la naturaleza sea, en la mayoría de los casos, más un deseo que una posibilidad real. Es también por esta razón que los llamados “santuarios”, tan en boca en estos tiempos, enfrentan enormes desafíos para ser verdaderamente viables. ¡Pero esto es un tema que daría para otro artículo!
Y recuerda, si se puede…Wezooit!